No sé de dónde vengo. De repente
salí de un huevo microscópico. Ahora me llaman Liendre, pero dentro de unos
días ganaré el título de piojo. ¡Es mi gran aspiración! Pero tengo que intentar
sobrevivir. Sé que mi madre murió, yo vi como moría. Estaba yo abriendo los
ojos por primera vez cuando vi que una mano gigante le quitó la vida. Pero
antes de morir me dijo, cuando crezcas, corre lo que puedas y nunca te pares.
Ahora sigo su consejo. Sólo me
paro de vez en cuando, a comer un poco de cabeza. Esto es en numerables
momentos mi error y el de mis hermanos. Ya que cuando sucede, una mano viene
hacia nosotros haciéndonos correr y haciendo que se rasque nuestra comida. Mis
hermanos mayores dicen que si queremos sobrevivir mucho tiempo debemos emigrar
a otra cabeza.
Cuando le pregunté, el por qué me
dijo “Vinagre”. Esa es la primera de las torturas. Y creo q por fin ha llegado,
puesto que intuyo que estamos en él, ya que me están derramando una sustancia
amarilla y viscosa. Tiene un olor muy fuerte. Provoca que muchos se embriaguen
y corren en círculos hasta caer asfixiados. Tengo que saltar a otra cabeza
antes de que comience la segunda fase.
Demasiado tarde, a pesar de haber
sobrevivido a la “Liendrera”, arma mortal que quería acabar con mi vida, han
llegado las trenzas. Castigo, prisión, encierro que no me permite saltar. Pero
finalmente encuentro un pelo suelto, por fin soy libre. Entonces veo el
paraíso. Una cabellera larga, rubia y limpia, perfecta para agarrarme, entonces
me decido y salto.
Me agrada esta cabeza, tiene el
suelo puro, y una persona tranquila que por el momento no nota mi presencia. Es
perfecto, podré tener a mis liendres y alimentarme, por una vida completa.
Disfruto recorriendo esta gran cabeza.
Un mes después descubro que mi
sueño no es real vuelvan al ataque las manos gigantes cada 5 minutos. Empiezo a
estar alerta, en breve, unas manos el doble de grandes a las que acostumbro
empezarán a vigilarme. A acosarme, y no sé qué haré. Empezará otra vez la lucha
con mi vieja enemiga la Liendrera.
Días
más tarde, mis sospechas se cumplen unas manos me acosan, pero con mi
entrenamiento de casi un año los esquivo muy profesionalmente. Minutos después
comienza la tortura del vinagre. Espero volver a sobrevivir y me engancho
fuertemente al pelo. Me vierten, de nuevo, esa sustancia amarillenta con un
olor muy fuerte. Entonces, haciendo gala de mi edad y experiencia busco un
lugar en poco seco, en donde pueda refugiarme y el olor no me alcance en medio.
Tras lo
que me parece una vida descubro que vuelven a utilizar las armas que atentan
contra mi vida y la de mi familia. Una liendrera y una mano gigante que intenta
encontrarme. Mientras huyo encuentro los cuerpos inertes de mi familia: algunos
en estado de embriaguez, otros corren en círculos intentando coger todo el aire
que son capaces. Esto es la guerra. Con los años y generaciones conseguiré que
mi familia sea inmune al vinagre y nadie podrá exterminarnos. Conquistaremos
todas las cabezas de la tierra, como se ha hecho en el pasado, ni siquiera los
productos raros que están creando en estos momentos podrán vencernos.
Pero de
momento empieza mi lucha, voy a atacar a la causante de esta injusticia
saltando a su cabeza sin que me vea, ella no podrá librarse de mí, hasta mi
muerte. Pero no necesito suerte porque alea
jacta es (la suerte está echada).
Un beso voladooor