sábado, 10 de febrero de 2018

La vida de un piojo experto



No sé de dónde vengo. De repente salí de un huevo microscópico. Ahora me llaman Liendre, pero dentro de unos días ganaré el título de piojo. ¡Es mi gran aspiración! Pero tengo que intentar sobrevivir. Sé que mi madre murió, yo vi como moría. Estaba yo abriendo los ojos por primera vez cuando vi que una mano gigante le quitó la vida. Pero antes de morir me dijo, cuando crezcas, corre lo que puedas y nunca te pares.
Ahora sigo su consejo. Sólo me paro de vez en cuando, a comer un poco de cabeza. Esto es en numerables momentos mi error y el de mis hermanos. Ya que cuando sucede, una mano viene hacia nosotros haciéndonos correr y haciendo que se rasque nuestra comida. Mis hermanos mayores dicen que si queremos sobrevivir mucho tiempo debemos emigrar a otra cabeza.
Cuando le pregunté, el por qué me dijo “Vinagre”. Esa es la primera de las torturas. Y creo q por fin ha llegado, puesto que intuyo que estamos en él, ya que me están derramando una sustancia amarilla y viscosa. Tiene un olor muy fuerte. Provoca que muchos se embriaguen y corren en círculos hasta caer asfixiados. Tengo que saltar a otra cabeza antes de que comience la segunda fase.
Demasiado tarde, a pesar de haber sobrevivido a la “Liendrera”, arma mortal que quería acabar con mi vida, han llegado las trenzas. Castigo, prisión, encierro que no me permite saltar. Pero finalmente encuentro un pelo suelto, por fin soy libre. Entonces veo el paraíso. Una cabellera larga, rubia y limpia, perfecta para agarrarme, entonces me decido y salto.
Me agrada esta cabeza, tiene el suelo puro, y una persona tranquila que por el momento no nota mi presencia. Es perfecto, podré tener a mis liendres y alimentarme, por una vida completa. Disfruto recorriendo esta gran cabeza.
Un mes después descubro que mi sueño no es real vuelvan al ataque las manos gigantes cada 5 minutos. Empiezo a estar alerta, en breve, unas manos el doble de grandes a las que acostumbro empezarán a vigilarme. A acosarme, y no sé qué haré. Empezará otra vez la lucha con mi vieja enemiga la Liendrera.
Días más tarde, mis sospechas se cumplen unas manos me acosan, pero con mi entrenamiento de casi un año los esquivo muy profesionalmente. Minutos después comienza la tortura del vinagre. Espero volver a sobrevivir y me engancho fuertemente al pelo. Me vierten, de nuevo, esa sustancia amarillenta con un olor muy fuerte. Entonces, haciendo gala de mi edad y experiencia busco un lugar en poco seco, en donde pueda refugiarme y el olor no me alcance en medio.
Tras lo que me parece una vida descubro que vuelven a utilizar las armas que atentan contra mi vida y la de mi familia. Una liendrera y una mano gigante que intenta encontrarme. Mientras huyo encuentro los cuerpos inertes de mi familia: algunos en estado de embriaguez, otros corren en círculos intentando coger todo el aire que son capaces. Esto es la guerra. Con los años y generaciones conseguiré que mi familia sea inmune al vinagre y nadie podrá exterminarnos. Conquistaremos todas las cabezas de la tierra, como se ha hecho en el pasado, ni siquiera los productos raros que están creando en estos momentos podrán vencernos.
Pero de momento empieza mi lucha, voy a atacar a la causante de esta injusticia saltando a su cabeza sin que me vea, ella no podrá librarse de mí, hasta mi muerte. Pero no necesito suerte porque alea jacta es (la suerte está echada).
Un beso voladooor
 

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