Hola amigos, aqui os traigo una trágica historia
Una hermosa tarde de domingo,
célebre frase de muchos, estaba Juan, tumbado en el sofá. Un viejo y roído
sofá, que había pasado con él muchas alegrías y penas. Se encontraba en un
estado mental muy turbulento. Por una parte, amaba muchísimo a su mujer, y no
quería que nadie ni se la quitase ni le hiciese daño. Por otra parte, en algunos
momentos ese amor tan grande se convertía en una obsesión, una que le hacía ver
todo de color rojo, el color de la sangre. Su amor le hacía quererla para él
sólo. No quería que nadie, la mirase. No quería que nadie, le dijera las
palabras que únicamente él, se creía con derecho a pronunciar. No podía, ni si
quiera tolerar, que su amada hablase con otro hombre y le dirigiese esa sonrisa
que tenía, tan especial. Una sonrisa inmensamente bella, la cual iluminaba su
rostro, haciendo que sus ojos se empequeñecieran un poco y brillaran de
alegría. Esa sonrisa que, en los últimos tiempos de su relación, nunca le
dedicaba. Como era lógico, él ya se lo había comentado en cantidad de
ocasiones, de diversas maneras.
Al principio, lo había intentado
con cariño, pero ella se excusaba débilmente y lo miraba con miedo. Un miedo
incomprendido. ¿Cómo podía mirarlo con miedo?, con lo que él la amaba. Eso lo
hizo enfurecerse, y al igual que en esa primera ocasión, desde la cual ya no le
sonreía. Le agarró fuertemente de los hombros, dejándole marcas rojas en los
brazos, por el lugar del que la cogía. Ella se intentaba soltar y lloraba
quejándose, enfureciéndolo más, hasta que ya, sin poder contenerse, le pegó un
golpe y así, uno tras otro, hasta que vio moratones e hinchazones. Entonces
paró, consternado y echándole a ella la culpa. Pues él no había querido
estropear esa pálida piel. Tras esto ella siguió sin sonreír y causó más
conflictos entre ellos, que, a pesar de cada intento por su parte por hacerle
ver las cosas, más multiplicaba su furia.
Pero todo terminó esa misma
mañana de domingo. Él no tenía intención de que sucediese. Él la amaba con
todas sus fuerzas. Pero ella había decidido irse sin él. Y como era lógico y
normal, él se negó a que se fuese sin él. Así empezó esa mañana tan movida tan
llena de peleas y gritos. Fue uno de los momentos en que su mente se volvió
roja. Y tomó una decisión, le concedería lo que ella quería, pero sino quería
irse con él, no se iría con nadie. Y con esas intenciones le cogió fuertemente
de los brazos dejándole marcas y le dijo que, si seguía con la idea de irse, sería
muerta. Y como él la amaba tanto, la mataría él. Y empezó a golpearla como si
fuera un saco de boxeo, pero dejando un gran rastro de huesos rotos, moratones,
inflamaciones y derramamientos de sangre. Hasta que vio que ella no respiraba y
no aguantaba de pie. Entonces dándose cuenta de lo que había hecho y siendo ya
medio día, se dispuso a comer. Pero al terminar ya por la tarde, al dirigirse
al sofá no soltó el cuchillo. Se tumbó en el sofá y tras unas largas
cavilaciones, descubrió en el ogro que se había convertido, y decidió que no
merecía la pena seguir viviendo.
Finalmente, decidido, acercó el
cuchillo a su cuello y comenzó a cortarse cuidadosamente el cuello, para morir
lentamente, viendo el cadáver inerte de su amada y hermosa esposa, junto a él.
Por fin estarían juntos para siempre.
Un besooo voladoor